07 noviembre 2020

Diálogo Contigo

-¿Estás enamorado de mí?


-No lo estoy por precaución. Solamente porque tú no quieres que lo esté… Tampoco lo estoy por no incomodarte, por no causarte molestia alguna. Pero en el momento en que tú quisieras, lo estaría.


-¿Y si nunca llego a querer? Yo no siento lo mismo...


-Seré feliz igualmente. Procuraré tenerte siempre cerca para seguir disfrutando con tu presencia. Te admiraré y te lo haré saber sin invadirte. Continuaré con mi vida y le mentiré a todos o les diré medias verdades para no comprometerte, para no comprometerme a mí tampoco, para no dañarles. Incluso les diré toda la verdad si es necesario. Les diré lo que estén dispuestos a asumir. Tendré una vida plena y un secreto compartido contigo y con quien me dé la gana compartirlo. Me mantendré a tu lado tanto tiempo como sea posible y seguiré locamente no enamorado de ti. Y tú serás feliz porque es tu sino, sin pensar en mí.


-Pero… ¿Y si la vida nos separa...? ¡¿Qué vas a hacer?!


-Entonces te echaré de menos y te recordaré cuando me haga falta. Pero no haré un drama por ello. Seguiré recorriendo mi camino lejos de ti, sabiendo que eres feliz. Tú seguirás siendo mi inspiración, encarnando la bondad y la alegría. Y seré feliz igualmente, sin ti. Por eso no tienes nada que temer.


-Te escucho y pareces muy seguro de lo que dices y lo que sientes, y sin embargo tengo dudas… No de lo que sientes, sino de lo que dices. De cómo encajará la realidad en esa idea y esa idea en la realidad. Dudo de llegar a sentir lo mismo que tú… Bueno… Estoy segura: no voy a sentirlo. Lo que dices es muy bonito, pero ¿es factible?, ¿puede ser así? Yo no quiero herirte, pero la experiencia me dice que en una situación como esta siempre hay alguien que sale perdiendo. No quiero que sufras por mi causa.


-Sólo por un motivo podría sufrir y no sería por causa tuya: si alguna vez te fallo o no te respeto como debo. Si eso ocurre, habrá sido culpa mía y me lo habré ganado. Aceptaré tu animadversión si es que surge y sufriré hasta que me pueda perdonar. Pero con el tiempo lo haré, aprenderé y volveré a la senda de la felicidad, porque por mucho que sienta por ti, debes saber que no eres ni mi principio ni mi fin. No serás mi perdición, porque contigo uno no puede perderse ni puede perder. Por eso tal vez puedas ser mi guía...


-...Me idealizas…


-...Te voy conociendo.


-¡Qué gilipollas eres…!


-Sí. Lo sé.