Anquilosis
sin mi dosis.
Sempiterno
posponer.
Me dan las
noches con el cuerpo maltrecho,
con los
días pasados y los sueños lejanos.
Esnifé
polvo de amianto sin saber de la asbestosis.
Sin ganas
de futuro;
Latiendo
en el presente como el muerto que no muere.
Corazón
que bombea enfermedad por mis venas.
Probablemente
tuberculosis, que vuelve a su apogeo.
Aluminosis
en los huesos.
Y si he de
ser sincero, prefiero no serlo.
Las
mentiras me divierten.
Las
mentiras que pervierten.
Las
mentiras del dinero, los ricos y usureros...
Me
conociste con la alegría que da un viernes,
y ahora
sabes bien que soy sólo un lunes de resaca,
que me
arrastro hasta los miércoles y que el jueves tengo el mono.
Menos mal
que vuelve el viernes y me roba la consciencia.
Menos mal
que voy de compras a por mi dosis de anestesia.
Y ya es
domingo, la noche hiere.
Me quedé
inconsciente y me mearon los perros.
Me robaron
el mechero.
Me robaron
el dinero.
Me robaron
todo aquello que ya no tengo.
Y ahora
dime tú que estás a tono:
¿soy yo
acaso el responsable de mi cirrosis?
¡Que nos
parta un rayo a todos, pero a ti primero!