Ni dignidad ni orgullo me queda,
Sólo vana esperanza a estas horas.
Que me desangro gota a gota,
Y me deleito en el charco que me refleja.
¿La Vampiresa quiere mi sangre?
Yo refunfuño pero me corto las venas,
Que si ella lo pide no importa mi pena,
Solamente importa saciar su hambre.
Tanto como la estoy sufriendo,
Estoy gozando esta agonía,
Porque si ella me quita la vida,
Yo encontraré placer en mi tormento.
Sé que es una perra traidora,
Y que apuñala por la espalda,
Pero yo sólo puedo perdonarla,
Porque... digamos que me importa.