La humanidad, como la solidaridad, no es una condición intrínseca del ser humano. La humanidad y la solidaridad se adquieren y se desarrollan. La risa es un vehículo de expresión por el cual se manifiestan diversos sentimientos, simples o combinados, y que libera el espíritu de pesadumbres adquiridas o potencialmente adquiribles. La risa y la humanidad, así como la risa y la solidaridad, no son antagonistas, pudiendo combinarse ambas condiciones adquiribles con la risa, sin producirse un necesario detrimento de las mismas. Es la calidad inherente a la risa, que radica en el espíritu, el factor que determina el efecto y grado dañino, beneficioso o neutro de ésta. La calidad de la risa, y por tanto su efecto sobre la humanidad y la solidaridad del ser humano, es directamente proporcional a la calidad del espíritu que la expresa. Ríete sin miedo a perder la humanidad o la solidaridad. Es tu espíritu el que determina quien eres. No tu risa.
Desvergüenzas literarias de un aficionado a la vida y la bebida.
31 mayo 2011
Ensayo Irrisorio
27 - 4 - 2008
La humanidad, como la solidaridad, no es una condición intrínseca del ser humano. La humanidad y la solidaridad se adquieren y se desarrollan. La risa es un vehículo de expresión por el cual se manifiestan diversos sentimientos, simples o combinados, y que libera el espíritu de pesadumbres adquiridas o potencialmente adquiribles. La risa y la humanidad, así como la risa y la solidaridad, no son antagonistas, pudiendo combinarse ambas condiciones adquiribles con la risa, sin producirse un necesario detrimento de las mismas. Es la calidad inherente a la risa, que radica en el espíritu, el factor que determina el efecto y grado dañino, beneficioso o neutro de ésta. La calidad de la risa, y por tanto su efecto sobre la humanidad y la solidaridad del ser humano, es directamente proporcional a la calidad del espíritu que la expresa. Ríete sin miedo a perder la humanidad o la solidaridad. Es tu espíritu el que determina quien eres. No tu risa.
La humanidad, como la solidaridad, no es una condición intrínseca del ser humano. La humanidad y la solidaridad se adquieren y se desarrollan. La risa es un vehículo de expresión por el cual se manifiestan diversos sentimientos, simples o combinados, y que libera el espíritu de pesadumbres adquiridas o potencialmente adquiribles. La risa y la humanidad, así como la risa y la solidaridad, no son antagonistas, pudiendo combinarse ambas condiciones adquiribles con la risa, sin producirse un necesario detrimento de las mismas. Es la calidad inherente a la risa, que radica en el espíritu, el factor que determina el efecto y grado dañino, beneficioso o neutro de ésta. La calidad de la risa, y por tanto su efecto sobre la humanidad y la solidaridad del ser humano, es directamente proporcional a la calidad del espíritu que la expresa. Ríete sin miedo a perder la humanidad o la solidaridad. Es tu espíritu el que determina quien eres. No tu risa.
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